miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Existe una agenda feminista de las mujeres jóvenes? Por Perla Vázquez Díaz México


PONENCIA 1

¿Existe una agenda feminista de las mujeres jóvenes?

Por Perla Vázquez Díaz
México

Cuando se habla del feminismo y la juventud, existen distintos elementos en los que se puede profundizar ya sea sobre la condición de las mujeres jóvenes en la región que no han sido consideradas por las demandas y lucha de las feministas o sobre las características de las jóvenes feministas dentro o fuera de los movimientos feministas, o si hay algún movimiento o movilización propia de las jóvenes feministas y cuáles son sus demandas.

Cada uno de éstos elementos los he escuchado principalmente como una demanda de conocimiento por parte de las feministas más adultas que no tienen vínculos de dialogo y reflexión con las jóvenes feministas de su entorno, así una primer reflexión es que el tener o no una agenda diferenciada de las adultas o la construcción de una, no es una prioridad de las jóvenes feministas.

Las y los jóvenes feministas que identifico movilizándose y articulándose, no son homogéneas, son distintas y diversas desde sus varias condiciones: geográfica, cultural, étnica, etárea, etc. Para algunas nombrarse como feministas es importante a otr@s l@s coloca en riesgo. Para unas el proceso colectivo es trascendental para otras el activismo individual tiene más resultados. Algunas son trabajadoras de ong’s y otras niegan al feminismo como un trabajo, entre muchas otras cosas.

Pero lo que he logrado identificar como común más allá de todas estas diferencias es que buscamos: vincular las demandas del feminismo a su vida cotidiana, fortalecer al movimiento feminista, y visibilizar las condiciones particulares de la juventud en la agenda general feminista.

Vincular el feminismo a la vida cotidiana, ¿Qué significa el feminismo en las o los jóvenes?

Cuando he preguntado a otras feministas latinoamericanas, cuántos años tenían cuando se nombraron o reconocieron como feministas casi todas eran jóvenes sin que lo nombren como tal. Es evidente que la definición de juventud es un concepto que se comenzó a utilizar desde los ochentas pero que se volvió una identidad política de los noventas a la fecha. Las feministas que ahora son mayores (entre 40 a 70 años) se volvieron feministas cuando eran jóvenes, la característica común es que en esa etapa de los 20 a los 30 años, esas mujeres vivían en la contradicción de limitaciones por su condición de mujeres y jóvenes (aunque no nombraran la juventud) pero tenían más herramientas para cuestionar los paradigmas tradicionales que vivían y se nombraron feministas como un acto de resistencia y transgresión.

Una coincidencia con mi generación es que en mi juventud, por las académicas conocí el feminismo y me identifique con él. Así reconocerte como feminista joven brinda herramientas de análisis para cuestionar y modificar las injusticias que vive tu cuerpo, tu cotidianidad, tu familia, tu sistema político. Te empuja hacia una capacidad transformadora del mundo, saber que el poder se puede transformar, que lo personal y privado es parte de lo político, que somos hech@s por la cultura y la historia; y esta nunca es neutral.

Así el feminismo brinda elementos para reconstruir la realidad que es injusta en cuanto a los privilegios y desventajas que tienen las jóvenes (y los hombres jóvenes) ya que viven condiciones particulares de cuestionamiento o confrontación con la autoridad o sea con el poder comparado con el de los adult@s. A esto las jóvenes feministas lo hemos llamado adultismo. El adultismo es brindar más poder y más privilegios a las personas por su condición o características de “adulto”, ponderando la experiencia y cantidad de años por encima de las habilidades de una persona.

Ejemplos de esto lo vemos en la cotidianidad, sin importar que la gente joven tiene mayor uso de nuevas tecnologías eso nos les brinda mayor acceso a empleos, justo en la juventud el control del cuerpo de los y las jóvenes se monopoliza en los padres, maestros, iglesias, estado, etc. Así la condición juvenil se caracteriza por contradicciones entre mayor acceso a información o habilidades y la incapacidad de toma de decisiones válidas, sino más bien necesarias a validar por el mundo “adulto”, la “madre”, “el estado”, etc.

Esta tensión entre una condición etárea de desventaja social con el cuestionamiento de injusticia del feminismo hace que las jóvenes feministas vivan desde la confrontación con la familia, los maestros, etc. Y en el caso de la confrontación con las familias y las parejas en una etapa donde estas construyendo y reafirmando tus paradigmas, sueños, y personalidad se vuelve una preocupación latente.

Las jóvenes feministas viven cuestionando su entorno social inmediato y tratando de reconfigurar en cosas simples, concretas y cercanas para mejorar sus relaciones. ¿Cómo relacionarse mejor con sus padres o madres? ¿Cómo hacer para que entienda la familia o la pareja el ser feminista?, ¿cómo mejorar la relación con la madre?, ¿cómo relacionarse desde el ser feminista con la pareja?

Fortalecer al movimiento feminista

Otro elemento común de las jóvenes feministas es la preocupación por el cambio generacional, que fortalezca la integración de muchas más personas al movimiento feminista. Acercar el discurso feminista y muchas más mujeres, hombres, jóvenes, otros movimientos sociales, otras clases sociales, etc.
Hace unos días en una reunión sobre la situación del aborto en Latinoamérica y el Caribe (donde es importante destacar que solo habíamos dos jóvenes de 30 feministas) compartíamos dos puntos clave para esta ponencia: necesitábamos que como parte del discurso de despenalización del aborto como un tema de injusticia social se incluyera que las jóvenes son las más afectadas y por otro lado que era importante sumar mas manos a nuestra lucha porque venia una avance fuerte de los fundamentalismos y las que estábamos luchando ya estábamos agotadas.

Continuando con mi ejemplo, una de las feministas, como respuesta a los puntos que mencione dijo: ¿Cómo que están agotadas?, si tú eres joven, y ¿Para eso piden espacios? A partir de su reacción pensaba sobre las condiciones de las jóvenes feministas comparadas con las feministas mayores, algo simple, ¿por qué me siento más cansada?

Regresando a mi ejemplo de la reunión sobre aborto, una feminista adulta “promedio” viaja a otro país ya conocido, teniendo amigas allá, con viáticos para su transporte vía aérea, descansó una noche anterior, etc. Sin embargo las jóvenes que fuimos peleamos el lugar porque las organizadoras no estaban convencidas de que fuéramos expertas por nuestra edad, por lo que tuvimos que irnos por cuenta propia en autobús, no tuvimos viáticos por que nuestra organización juvenil no tiene para esos gastos, la noche anterior dormimos en el autobús en camino hacia la reunión. Mi punto no es hacer ver que somos unas “pobrecitas” las jóvenes, sino que las condiciones para la participación entre las feministas no son equitativas y eso nos ha llevado a que el relevo generacional sea una preocupación constante.

Ya que las jóvenes, sabemos claramente que la identidad juvenil también tiene un limite y para algunas nuestro limite son los 30 años, no por una condición imperante sino por una definición política. Es decir sabemos que lo que vivimos a los 15 no es igual a lo que vivimos a los 30 y eso nos hace construir un compromiso generacional por mejorar nuestras condiciones de participación como jóvenes feministas no sólo por nosotras sino por tod@s l@s que vienen detrás, al lado o delante.

Ya que siendo pocas (las jóvenes feministas no somos una gran masa, somos núcleos pequeños y con el tiempo dejamos la condición juvenil) con condiciones de participación limitadas (estamos en colectivos en los mejores casos, solas en la academia o se acercaron al feminismo por su jefa en el trabajo) y en un contexto de globalización que aumenta la injusticia social y la pobreza. Se vuelve imperante acercar al feminismo a muchas más personas no sólo a las mujeres de clase media educadas, es prioritario acercarlo también a las de clase alta, también a las viejas, también a los hombres, a las indígenas, a las campesinas, a los movimientos sociales a muchos y muchas más.

Visibilizar las condiciones particulares de la juventud en la agenda general feminista

Como mencionaba, no creo que las jóvenes feministas busquemos tener una agenda particular, ni que sea distinta a lo que fuera una agenda de las adultas sino más bien nos interesa hacer visible que las jóvenes viven con mayor encrudecimiento o distinto algunas problemáticas. Por ejemplo podríamos hablar de la violencia de género, el embarazo adolescente y el aborto.

Dentro del contexto de globalización y consumo en el que nos encontramos los cuerpos de las mujeres jóvenes se han vuelto un objeto de compra-venta. Esto ha generado problemáticas de tráfico y trata, acoso sexual en calles, feminicidios en México y Guatemala, que afectan principalmente a las mujeres jóvenes.

La sexualidad juvenil de las mujeres se ha invisibilizado en la sociedad teniendo muchas mas permisibilidades los hombres jóvenes, en el inicio de su vida sexual, acceso a métodos anticonceptivos impulsada y perpetuada bajo argumentos de protección o infantilización desde sus padres por ejemplo. Esto ha provocado que las jóvenes tengan mayores restricciones que otras mujeres a sus propias determinaciones sobre su cuerpo estigmatizando por ejemplo la definición de un embarazo adolescente, catalogándolo como negativo de facto.

O en el caso del aborto, las mujeres jóvenes son las que tienen mayores índices de embarazos no deseados y las que recurren en la clandestinidad a practicarse interrupciones, con menos acceso a dinero, restricción de información, temores a represalias por parte de los padres, etc. Y esto se incrementa si eres joven afrodescendiente, indígena, en situación de calle, trabajadora sexual, etc.

Entonces, no partimos de una agenda distinta sino de vivencias específicas de la misma agenda feminista.

Por último quisiera compartir algunas tensiones o retos que identifico alrededor las jóvenes feministas:
Cuando algunas feministas de otras generaciones parten de negar o cuestionar la condición de juventud no se pueden construir diálogos y reflexiones que fortalezcan a un movimiento feminista más bien lo desarticulan.

Las discusiones interminables y agotadoras sobre si los hombres son o no feministas o solidarios, etc. Algunas jóvenes feministas ya tenemos experiencias muy diversas desde grupos feministas de hombres y mujeres jóvenes, donde no sólo reflexionamos sino hacemos desde la práctica. Y eso ha sido motivo de descalificación y ataques por parte de otras feministas adultas.

Tener una agenda particular de jóvenes feministas, no es una demanda o prioridad de las jóvenes, sino una necesidad de otras feministas, o instancias, de avalar y organizar la participación juvenil de acuerdo a sus propios referentes.

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